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Parroquia

O noso párroco D. Ricardo Viqueira Otero.

LA PARROQUIA
En medio de esta sociedad donde hay tanta soledad, donde es tan importante sentirse
integrado en un proyecto común, soñando y construyendo juntos una sociedad más humana,
más fraterna, más samaritana, es muy importante vivir nuestra experiencia creyente,
sintiéndonos formando parte de una Iglesia de COMUNIÓN, es decir, de COMUNIDAD y
ENCUENTRO.
La parroquia es el lugar – y el hogar- próximo y abierto a todos para la iniciación cristiana. Para
el encuentro con el Señor. Porque es un ámbito privilegiado y, en muchos casos, único para la
educación en la fe. Porque sigue siendo la realidad eclesial que entra en contacto con mayor
número de personas. “La parroquia no es principalmente una estructura, un territorio, un
edificio; ella es familia, fraternidad animada por el Espíritu, fraterna y acogedora, es hospital
de campaña para curar heridas, es fuente a donde todos pueden acudir a buscar el agua de la
vida.
Es mucho más que un centro de servicios religiosos; pretende ser -queremos que sea- una
comunidad viva de creyentes, abierta a todos, servidora de todos, desinteresada con todos. No
pretende dominar sino acoger, acompañar, servir. Servidora de todos, sobre todo de las más
necesitados. El párroco no es la parroquia. La parroquia somos todos.
La parroquia es una comunidad de gente unida por el vínculo de la fe, llamada a ser casa de
todos y cosa de todos, portadora de una Buena Noticia: que Dios en Jesús se ha hecho historia
con nosotros. Es comunidad para celebrar unida: la vida, el amor, el dolor, la muerte, la
compasión, la búsqueda de la justicia…
La parroquia es COMUNIDAD, es SERIVCIO, es CELEBRACIÓN y es TESTIMONIO.
Nuestra parroquia de Fontiñas es la historia de una fe compartida, como una carrera de
relevos que lleva veintisiete años en marcha, generación tras generación. En esa carrera
muchas personas han transparentado una fe profunda, viva. Impresiona pensar la herencia
que cada uno hemos recibido de ellos. Es lo quisimos reflejar en los carteles de los 25 años.
Pero la historia de la parroquia de Fontiñas, continua. Es una realidad de cada uno, pero, sobre
todo, es una tarea de todos. De todas y de todos. Cada feligrés, cada tarea realizada, cada
servicio prestado, cada pequeño grupo, cada pequeña comunidad son los creadores de la gran
comunidad. No nos olvidemos: la parroquia es casa de todos y cosa de todos.